Fue en Roma donde verdaderamente comenzaron sus estudios musicales en la popular escuela de Testaccio. Estos fueron años decisivos: descubrió el jazz, a Massimo Urbani, Bob Berg y Steve Grosman. A partir de instante, Leandro nunca más soltó su instrumento.

A los 23 años Leandro se unió al Conservatorio de Amsterdam y decidió perfeccionar su formación musical. Él pasó su tiempo en Europa tocando música, trabajando, aprendiendo diferentes idiomas. Se mudó a París en 1994. La salsa estaba en pleno apogeo. Leandro pronto se unió al grupo del pianista cubano Alfredo Rodríguez, tocó con Orlando Poleo, Angá Díaz, Raúl Paz y conoció a Minino Garay. Al mismo tiempo, desarrolló su carrera como acompañante de artistas como Cheb Khaled y Julieta Venegas, dos grandes músicos que al igual que él son el centro de una encrucijada de varias culturas.

En el 2008, decidió regresar a Argentina para que sus hijos conocieran su país. Reconectar con su país sirvió para formar un cuarteto en el que tocó y grabó luego en Buenos Aires. Es como resultado de estas vivencias que nace su primer álbum: Once.

Leandro pasa su tiempo entre Francia y España, enseñand y actuando. Conoce más sobre su vida en su sitio web.

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